Biblia, biblioteca

La palabra BIBLIA, término de origen griego, es la forma en plural de la palabra biblion que posee varios significados: el más común es libro, pero, dependiendo del contexto y los distintos autores puede significar escrito, escritura, carta, edicto, rollo o certificado de divorcio.

Aunque parezca sorprendente, no poseemos ningún original de los textos bíblicos ya que se han perdido; solo conservamos copias. Los manuscritos, es decir, textos copiados a mano antes de la invención de la imprenta en el siglo XV, empiezan a circular por distintas regiones, pero como es fácil suponer los copistas cometían errores involuntarios u omitían alguna parte o agregaban alguna frase voluntariamente. En principio, estas copias de copias se realizaban solo de algunos fragmentos bíblicos (siglo II); luego, a partir del siglo IV, ya encontramos manuscritos enteros del Nuevo Testamento. Estos manuscritos eran escritos con letras mayúsculas –son los llamados unciales– y sin separación entre las palabras; recién a partir del siglo IX comienzan a escribirse con caracteres minúsculos.

Ahora bien, ¿en dónde se escribían estos textos? Por un lado, hay textos escritos en papiros que son hojas delgadas  elaboradas a partir de una pasta hecha con una planta que crecía a orillas del río Nilo en Egipto. Eran guardados en rollos o en forma de libro, tal como la conocemos hoy. Por otro lado, se escribía sobre pergaminos que son hojas elaboradas con piel de cordero, cabra o carnero. Mientras que los judíos los cosían y formaban rollos, los cristianos les dieron forma de códice (libro  manuscrito).

Además del interés histórico y hermenéutico que pueden aportar estos datos, este largo proceso de producción y edición nos enseña unas cuantas cosas. Solo nos detendremos en un aspecto. Un poco más arriba decíamos que Biblia es el plural de la palabra libro, por eso muchos hablan de la Biblia como un conjunto o colección de libros, lo que actualmente llamamos una biblioteca. Esos libros no son una colección uniforme, por el contrario, son una especie de biblioteca multicolor y multiforme: unos libros más largos, otros más breves, unos más sofisticados, otros más populares, de distintos autores, de distintos géneros literarios, de distintas épocas, de distintas tradiciones y culturas.

Biblia biblioteca

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Esta “polifonía” que presenta la Biblia ya de por sí contiene un mensaje. Esta palabra en plural no es casual. El mensaje más evidente es el de la coexistencia armoniosa de lo diverso, el del respeto a lo distinto, el de la aceptación de aquello que no es como esperamos, como creemos o pensamos. Ciertamente, esta evidencia también es una invitación o un desafío que se extiende al ámbito personal: aceptar, respetar, coexistir armoniosamente, convivir, contemporizar, comprender… no son tareas fáciles en la vida cotidiana ni en el ámbito político, social o religioso. Lo diverso muchas veces nos resulta amenazante, nos desestabiliza, nos corre de lugar, nos da temor. Sin embargo, es indudable que quien afronta ese desafío se encuentra con una riqueza insospechada. Esa aceptación de lo diverso no implica una pérdida de la propia identidad, de las propias convicciones o principios. Esa aceptación respetuosa de la diversidad nos pone en diálogo con nuevas perspectivas, nos enriquece, nos potencia, nos plenifica. Esa apertura a lo distinto nos pone en situación de aprender, de crecer, de ser más creativas y solidarias, nos abre el camino hacia un mundo más pacífico y más humano. El intento bien vale la pena o la alegría…

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