Está circulando por las redes un texto de Víctor Heredia, al cual respeto mucho, que pide “Que nos devuelvan la mitad del dolor”. Entiendo la metáfora, durísima, punzante, pero… Yo no quiero que nos devuelvan la mitad del dolor porque cualquier mitad sigue siendo dolor, sufrimiento, angustia, desconsuelo, desolación. ¿Es posible estar «medio desaparecida/o»? ¿Hay una mitad de la muerte? Creo que no. Yo quiero Vida y Vida en abundancia como la que daba Jesús, como la que Jesús nos pide que nos esforcemos en construir junto a los demás.
Yo no quiero 2X1 para los crímenes de lesa humanidad; una oferta de finde en el súper… ¡Venga! ¡Llévese 2X1! ¿Eso es justicia? No. Han lastimado nuestra humanidad. No quiero una justicia de oferta. Entonces, ¿cómo se hace para curar esa lesión a nuestra humanidad? La respuesta que hemos encontrado como sociedad es memoria, verdad y justicia.
La memoria de Jesús de Nazaret nos invita al amor, la solidaridad, la vida en comunidad.
La verdad nos invita a la libertad (Jn 8:32), a soltar las ataduras, a hacer el bien, a buscar la armonía.
La justicia nos invita a ser artesanos laboriosos y cotidianos de la paz.