Hoy se cumplen 50 años de que un 8 de diciembre de 1967, dos años después de la clausura del Concilio Vaticano II, el Papa Pablo VI instituyera que cada primer día del año, a partir del 1 de enero de 1968, se celebrara la Jornada Mundial de la Paz.
¿Qué se puede hacer en un día dedicado a la Paz? ¿Cuál es el sentido de dedicar un día a la paz?
Podría pasar como un día más o podría motivarnos a reflexionar y construir relaciones más pacíficas. Por lo pronto, podríamos pensar en tres aspectos: la relación con la naturaleza, con nuestros próximos y con nosotros mismos.
Habitamos un planeta que sufre por las violencias que le ocasionamos voluntaria o involuntariamente. Probablemente, no dependa de nosotros detener una guerra o evitar la contaminación. Pero sí podemos comprometernos a respetar y cuidar la naturaleza, reduciendo nuestros desperdicios, reciclándolos, reutilizandolos responsablemente y reflexionando sobre la importancia de la atención a nuestra Casa común. Buscar la paz nos invita a un compromiso con esa Naturaleza amenazada y sufriente.
En la relación con nuestros próximos hay mucho camino por anadar: perdones no expresados, caricias guardadas, palabras no dichas, malostratos cotidianos, límites no puestos, injusticias silenciadas, sentimientos apagados. Buscar la paz nos invita a relaciones más auténticas, justas, fraternales, amorosas y armoniosas.
En relación a nosotros mismos también hay muchas formas de violencia que hemos ido naturalizando y no nos permiten sentirnos en paz. Culpas, rencores, desvalorizaciones, tristezas. Detenerse a mirar la propia historia con valentía, compasión y agradeciminto, asumir el propio cuerpo como don para ser en el mundo, conectrase con el placer, disfrutar de las pequeñas cosas, vivir una espiritualidad que nos re-ligue con lo más profundo de nuestro ser, aceptarnos con nuestras luces y sombras y agardecer lo que somos y tenemos. Buscar la paz nos invita a tratarnos con amor y gratitud.
¿Para qué sirve un día dedicado a la Paz? Para que por un instante y desde nuestro pequeño lugar sumemos más Vida a nuestra Madre Naturaleza, a nuestros hermanos y hermanas y a nosotros mismos.
¡Muy feliz Jornada Mundial de la Paz!